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Cine para los tátara nietos

Por.Miguel Martinez

  Una característica que la televisión chilena, influenciada en parte por el cine americano, es que hay largometrajes recreadores de la mayor cantidad de épocas. Como la mesopotámica, la griega, romana, medieval, cristiana, china antigua, de vaqueros, del Siglo XIX, etc. ¿Quién no entendió alguna parábola bíblica viendo “Jesús de Nazaret? O ¿Quién no se ha emocionado con la dinámica y educativa: “Regreso al futuro”? EE.UU se regodea viendo muchas películas de época, aunque claramente en su mayoría estén condicionadas por la ficción. 

 

 

 

   

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

  ¡Seamos visionarios! Si estrujamos cada una de nuestras neuronas, diríamos que algunas películas de esta ultima década perfectamente pueden ser cine de época para el futuro, ¿Qué largometrajes de este mismo año, dentro de un millón de años serán revisados como históricos?Los ejemplos son muchos. Por ejemplo fijémosnos en la popular Rápido y Furioso, que ahora es referencia para todos los que andan con su auto "enchulado".  

 

   Ejempliquémos esto con Chile, no con nuestras tradiciones folclóricas, sino con nuestras costumbres individualistas y posmodernas. Caricaturas que pueden definir al chileno del 2013, o al menos a una persona de la generación 2000-2010. Estas son: la comida chatarra, la farándula, los reality show, los DJ´s, rockolas, la asfixiante prensa roja, centros comerciales, consumismo, reggaetón,  facebook y el estrés laboral de la ciudad. 

   Pero no olvidar que el chileno es copión, por ende, se imitan varios elementos desde los países desarrollados, tanto desde Estados Unidos, Corea del Sur,  Japón, como también de Europa. ¿Y qué podemos copiarle a los gringos?....la afición por las carreras de autos, así como también ese machismo del nuevo milenio al que se vinculan el matonaje, pandillas, delincuentes, violencia, droga, traficantes, mujeres, reggaetón, vida nocturna, autos enchulados, prostitución, talleres mecánicos, afroamericanos y "carrete".

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

  Lo que el espectador ve en Rápido y Furioso, la película americana que trata sobre carreras de autos, mujeres, y matones no es nada distante con lo que se ve cotidianamente en las ciudades más pobladas, incluso en barrios de Concepción. Esta moda de comprarse un auto barato para luego refaccionarlo, y de paso ver si se gana algunas monedas por apuestas ilegales de carreras, ya está fuertemente instalada en la juventud poblacional, de entre 15 y 28 años. Esto, aunque suene exágerado, podría ser perfectamente uno de los tantos elementos que definan al Chile del 2013 e incluso al del futuro. 

  Nuestros tátara nietos verán este Chile farandulizado- reggaetonizado de hoy y lo asociarán a esa película (aunque sus historias ocurren en otros países). Y ¿Si en el futuro la gente quisiera saber, sobre este país copión? Entonces, Rápido y Furioso será una buena referencia.   

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